En el restaurante Dawson y Stevens Classic '50s Diner, los taburetes de la fuente de soda giran, los sándwiches tienen nombres como "Splish Splash" y "T-Bird Classic", y los clientes se pueden deleitar con canciones de Elvis y Chubby Checker. Pero es la exhibición de artículos de
Conocida como Bottle Cap Museum, la colección comprende más de 12.000 artículos de Cola-Cola, desde bandejas, rótulos y juguetes, hasta bicicletas especialmente hechas y un camión repartidor de
El museo incluso cuenta con su propia curadora, Marianne McEvoy, quien se asegura de que todos los elementos se mantengan en perfectas condiciones y los rota regularmente para mantener el interés. "Sólo el hecho de parar en la cafetera es una aventura", dice McEvoy. "Las personas entran y dicen 'Oh, mira este lugar"
The Bottle Cap Museum ha operado en Dawson y Stevens desde inicios de la década del año 2000, pero de hecho la colección tuvo sus humildes comienzos hace más de medio siglo a lo largo del río Sturgeon, en el área rural de Michigan. Fue entonces cuando el propietario original, Bill Hicks, pasó su rastrillo sobre algunas botellas de
"Uno de mis inquilinos me dijo que podría obtener $ 5 por cada pieza", dijo Hicks.
Sin embargo, en lugar de sacar provecho de las botellas, Hicks las conservó. Al poco tiempo, él estaba incorporando todo tipo de artefactos de
Como Hicks recuerda, regularmente él iba a las convenciones de coleccionistas de
Hicks administró su museo durante aproximadamente diez años, atrayendo a unos 10.000 visitantes al año. Uno de ellos era el propietario de una empresa, Bill Gannon, quien recientemente había comprado una farmacia de 1930 y una fuente de soda en las cercanías de Grayling. Gannon tuvo la intención de comprarle a Hicks unas cuantas botellas antiguas de
"Me dijo que no había construido este museo para venderlo por partes," dijo Gannon. "Me dijo: 'Si yo te lo vendo, puedo bajar al restaurante y verlo cuando quiera'."
Luego de un año, el deseo de Hicks se volvió realidad. Dawson y Stevens volvió a abrir después de las restauraciones que lo transformaron en un restaurante al estilo de la década de los años 50, con taburetes giratorios de cromo y un menú de hamburguesas, panqueques, bebidas carbonatadas y ice-cream floats, todos con recetas caseras. Es un punto fijo en el centro de Grayling, el cual visitan paseos escolares, autobuses turísticos, los soldados de la Guardia Nacional (el campo de entrenamiento de la Guardia Nacional más grande de Estados Unidos se encuentra en Grayling), y vecinos fieles como Carol y Lacey Stephan, quienes se comprometieron mientras almorzaban en una de las cabinas hace más de 50 años. Ahora esta pareja de jubilados lleva a sus nietos al renovado restaurante o "solamente venimos, nos tomamos una gaseosa y hacemos visita con todas las chicas," dijo Carol. Sus piezas de museo favoritas son dos bicicletas rojas
La colección de
Ahora Gannon es quien recorre internet y los mercados de las pulgas buscando artículos de
Otro de los favoritos proviene de la colección original: un go-kart Indy de tamaño real, de colores rojo y blanco, con decoración de
"Yo lo veo cada vez que entro al restaurante, y siempre me provoca una sonrisa" dijo Gannon riendo.
Por su parte, Bill Hicks, todavía pasa de vez en cuando a cenar para ver su valiosa colección y compartir historias con cualquiera que esté interesado. Como la vez que compró una pelota de fútbol hecha totalmente con tapas de botellas de
"Nos hemos divertido mucho", dijo Hicks. "Ha sido simplemente algo hermoso."
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